COMPLEMENTOS ALIMENTICIOS EN LOS NIÑOS

La alimentación de los niños es una de las mayores preocupaciones de los padres. Estos cuidados comienzan desde la lactancia y luego, con la introducción de los alimentos, el reto aumenta. En esta fase comienza la formación del paladar de los niños, y es importante fomentar el consumo de alimentos sanos y variados, para que las preferencias alimentarias persistan durante toda la vida. Una dieta adecuada no sólo favorece un crecimiento saludable, sino que, como indican varios estudios, contribuye a reducir el riesgo de desarrollar obesidad y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.

A lo largo de este periodo, hay niños que pasan por un periodo de selectividad alimentaria, eligiendo comer lo que es más agradable a su paladar, alimentos de una determinada textura, o incluso, sólo algunos alimentos como el arroz o la pasta, rechazando otros como, por ejemplo, la fruta o la verdura. A pesar de ello, el niño sigue teniendo una talla y un peso normales para su edad, lo que no significa que los alimentos que ingiere sean nutricionalmente equilibrados. En esta situación, algunas vitaminas, como la C, la D y el complejo B, y minerales, como el selenio y el zinc, se ingieren en cantidades inferiores a las deseables para el buen funcionamiento del organismo.

Dependiendo del grado de carencia de vitaminas y minerales, el crecimiento y el desarrollo cognitivo pueden verse afectados, así como el sistema inmunitario, la energía necesaria para las actividades diarias y la atención en la escuela. En situaciones más graves, las dificultades alimentarias pueden tener consecuencias más severas, como el aumento de enfermedades crónicas o incluso la evolución hacia un trastorno alimentario.

Promover una dieta sana, rica y variada para los niños es muy importante para obtener buenas fuentes de vitaminas y minerales. Conseguir que los niños coman bien parece una auténtica misión imposible y los padres suelen recurrir a vitaminas y minerales para compensar el desequilibrio nutricional. 

Debido a su rápido crecimiento y desarrollo, los niños representan un grupo de edad muy vulnerable a la carencia de macro y micronutrientes. Así, dependiendo de la dieta ingerida, del ritmo de crecimiento y de las actividades desarrolladas por el niño, puede ser necesaria la suplementación. 

La administración de complementos alimenticios en los niños debe ir precedida del asesoramiento de un profesional de la salud. Su uso es beneficioso si se controla adecuadamente.

Las familias deben promover una alimentación sana y una buena planificación de las comidas semanales, para favorecer el correcto desarrollo físico, psicológico e inmunológico del niño.

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